Cantas
en el invierno y cantas en la noche,
en
el árbol desnudo que yace en los escombros
sombríos
de los recuerdos del patio amurallado
que
extiende sus ladridos y aún no he podido verte.
Cantas
y no te importa
saber
si alguien te escucha;
quizás
quieras decirme que rompa esta tristeza,
que
no debo ceder al peso de los años,
que
siempre hay un motivo para encumbrar la vida
y
desterrar los huertos que anuncian soledades.
Quizás
quieras decirme
que
cante en el silencio de este barrio dormido
aun
con el alma rota en el desván del sueño,
la
voz triste y serena de un marco
desolado
y
tiemble en la emoción de un blanquecino enero
que
sufre ante la luna
que
al marinero guía y alumbra al caminante.
Quizás
quieras decirme
que
aguante en el invierno como el árbol desnudo
que
espera un nuevo día aunque reine la noche
y
acoge la llamada rebelde de tu canto
pensando
en el recuerdo de sus hojas caídas.
(Poema
de la duda - 2011)
Francisco E. León
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